3 de marzo de 2016

Reeducación Gráfica




Hechos

Cuando un niño no sabe leer, el mundo educativo se pone en alerta para que ese niño aprenda a hacerlo, ya en el colegio, o ya en casa… Ahora bien, cuando ese mismo niño no escribe bien, se piensa que ya aprenderá con el paso del tiempo. Solo cuando realmente no haya nadie que entienda sus escritos, sus exámenes, cuadernos, notas…., entonces es cuando se le manda al niño a practicar ejercicios de caligrafía.
Por supuesto que apoyamos la lectura, no faltaría más, ya que es uno de los pilares -junto a la escritura- del sistema educativo. Son ambas las fuentes primordiales de todo conocimiento. Peroooooooooooooooooo… cuando a un niño se le pone a hacer caligrafía, no se tiene en cuenta qué factores son los que determinan que la letra de esa persona sea o no legible.

Motivos

Las causas por las que una letra no resulte legible pueden ser variadas. Si descartamos problemas neurológicos, que por supuesto afectan a la grafía, siempre tenemos que considerar la posibilidad de que el origen de la ilegibilidad responda a distintos factores, entre ellos:

a) Posturales y/o de motricidad fina:

  1. La incorrecta postura de la mano, sobre todo en los zurdos
  2. La forma errónea de sujetar el bolígrafo, pinza o laxitud muscular…
  3. Movimientos escriturales hechos con los dedos o con brazo/ hombro.

b) Forma de actuar del niño/adolescentes

Teniendo en cuenta este segundo motivo, los grafólogos vemos con rapidez qué factores de la conducta de la persona se reflejan en la escritura. Pero no solo los grafólogos, puesto que cualquier docente o padre sabe que si su alumno o su hijo es desorganizado en el día a día, esta actitud va a estar reflejada en su escritura. Como elementos de una escritura desorganizada pueden señalarse:
  1. El tamaño de las letras es desigual (una misma letra con distinto tamaño)
  2. Los renglones suben y bajan.
  3. La inclinación de la letras oscila (van hacia la derecha o hacia la izquierda…)
  4. No guardan los márgenes.
  5. Las letras se mezclan unas con otras.
  6. Hay muchas letras que no pueden identificarse a simple vista.
  7. En muchos casos, las letras se ejecutan en orden distinto al natural.

Diferencias sustanciales entre la caligrafía y la reeducación gráfica

1ª diferencia

Cuando un alumno, tenga la edad que tenga, empieza practicar caligrafía, no se suelen tener en cuenta los motivos del porqué su letra no es legible. Puede ser porque se cansa, o bien porque no le gusta escribir.
Sin embargo, al abordar la reeducación grafica siempre se empieza por corregir todos y cada uno de los motivos causantes, bien motores, bien de motricidad fina, que el alumno necesite corregir, pues de otra manera nunca escribirá de forma ágil y, lo que es más importante, sin cansancio muscular.

2ª diferencia

Es muy frecuente que cuando un alumno practica caligrafía se aburra y desista de su propósito, porque no llega a conseguir mejorar su expresión grafica tanto como le gustaría. No obstante, en algunos casos mejora algo la letra, pero en la gran mayoría no ocurre, y eso lo saben perfectamente muchas madres que atiborran de caligrafía a sus hijos sin ningún resultado. Además, podemos dar fe de ello, porque la gran mayoría de personas que pasa por nuestro gabinete a causa de su disgrafía, sean niños o adultos, han hecho previamente, en algún momento de su vida, prácticas de caligrafía, por lo cual suelen venir con un talante algo pesimista.
Cuando se hace reeducación gráfica, se van corrigiendo algunos de los trazos de los 12 movimientos que constituyen las letras de nuestro alfabeto y, por lo tanto, conforman la escritura. Esta técnica gráfica es sencilla y fácil de realizar. Consiste en interiorizar cada uno de los trazos que estén mal en la letra, hasta que éstos se realicen en la escritura de forma espontánea.

3ª diferencia

Básicamente, la diferencia es que la caligrafía, en algunos casos, puede ayudar a mejorar algo la letra, pero no corrige las posturas motoras ni desarrolla la motricidad fina.
La reeducación gráfica, en cambio, sí corrige las posturas motoras y desarrolla la motricidad fina, lo que favorece que se escriba de forma más ágil y sin problemas de tensiones musculares. Ambos aspectos son muy importantes en los niños y adolescentes.
Por otro lado, y lo más importante, con la reeducación gráfica, además de las correcciones escriturales que se transformen en permanentes, también mejora lo relativo a organización mental, atención, orden, presentación adecuada de exámenes, autoestima… Todo ello repercute, como es natural y deseable, en el rendimiento escolar y educativo.

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